Siguiendo con los procesos preliminares a la construcción tenemos el proceso de la limpieza del terreno. A grandes rasgos como su nombre lo indica, el objetivo de este proceso es limpiar el terreno de vegetación y otros elementos de la tierra dejándolo listo para el desplante de una estructura o para llevar a cabo una excavación.
El proceso de la limpieza del terreno consiste en 3 pasos:
- Desenraice: En este paso lo que se busca es remover los troncos y raíces que se encuentren en el suelo de la obra.
- Roza: Este paso implica remover la maleza, arbustos y demás residuos de sembradíos que se encuentren en la superficie.
- Limpia: Este último paso implica retirar de la obra los residuos producto de los dos pasos anteriores.
Es importante mencionar que estos pasos pueden ser realizados por medios manuales o mecánicos según convenga, y que el lo que se obtenga de este proceso deberá colocarse fuera del terreno en un área considerada por el dueño del proyecto o bien por las autoridades ecológicas pertinentes. Se recomienda además el llevar a cabo estas tareas de forma completa antes de continuar con los siguientes pasos preliminares y a los trabajos de construcción a fin de no entorpecer su desarrollo.
Existe una medición para conocer el porcentaje de superficie en el que se llevará a cabo el proceso de limpieza:
- Baja densidad (70%) : Este porcentaje indica que hay nula o muy poca vegetación en la superficie del terreno, y que los arbustos o yerba que hay no alcanzan una altura mayor a 0.20 m.
- Semidensa (85%) : Esta medida ya implica una mayor presencia de vegetación en una parte de la superficie o bien en toda la extensión del terreno, con arbustos y yerba de altura entre 0.20 y 1 m.
- Densa (100%) : La vegetación tiene presencia en toda la extensión del terreno con arbustos, yerba e incluso arboles de altura mayor a 1 m.
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