
Previamente hemos hablado del proceso importantísimo de vibrar el concreto el cual debe realizarse de una forma específica y correcta garantizando el mejor resultado para una mezcla firme y sin huecos o espacios vacíos. Sin embargo ahí no termina el proceso del concreto, pues habiendo colocado y vibrado el concreto lo que sigue es definir el acabado que tendrá la superficie. Antes que nada, podemos decir que el acabado es el proceso que consiste en enrasar, aplanar y allanar el concreto de forma que se vuelva más densa y compacta la superficie, así como para darle la apariencia que se requiere. Es importante definir y entender este proceso pues es el resultado visible que obtendrá el cliente, para esto además mencionaremos los tipos de acabado de concreto que existen.
Existen dos etapas en el proceso de acabado del concreto; inicial y final.
En la etapa inicial, y una vez habiendo dejado endurecer ligeramente el concreto, se comienza con el enrasado del mismo ya sea mediante una regla simple de madera o reglas mecánicas. Posterior a esto, se trabaja la superficie con una llana para el redondeo y afinado de los bordes tanto de las juntas como de la losa, y se debe dejar fraguar ligeramente. En esta etapa es posible que aparezca agua sobre la superficie, conocida como agua de sangrado. Es importante dejarla secar de forma natural, ya que de esta forma se evitarán superficies débiles o polvorosas. Ya secada la superficie podemos comenzar con la etapa final del acabado.
En la etapa final del acabado del concreto se define el tipo de superficie que se requiere; normal, pulido o semi-pulido.
El acabado normal es un acabado llevado a cabo mediante herramientas como el peine metálico que le dan a la superficie una forma rugosa y texturizada, tal como vemos en calles y carreteras con el fin de evitar el derrape de las llantas.
El acabado semi-pulido le brinda a la superficie una apariencia más lisa que el acabado normal, pero manteniendo algo de textura en la misma. Este tipo de acabado se utiliza principalmente en situaciones donde se requiera darle patrones o formas a la superficie del concreto (escobillado, coloreado, etc.). En este tipo de acabado se utilizan herramientas como la allanadora doble en espacios amplios o la allanadora simple o de mano en espacios mas reducidos un número limitado de veces, evitando que se vuelva completamente lisa la superficie.
Por último, el acabado pulido (también conocido en el medio como acabado espejo) da como resultado una superficie completamente lisa, sin texturas ni patrones. De igual forma que en el acabado semi-pulido se hace uso de los diferentes tipos de allanadora, sin embargo y a diferencia del acabado semi-pulido se realiza el barrido de la superficie con el equipo cuantas veces se requiera hasta que se consiga el acabado liso. Este tipo de acabado lo vemos comúnmente en bodegas como las de los supermercados y en tiendas departamentales.