Estamos en una época donde los trabajos de construcción se han simplificado gracias que contamos con equipos que realizan las tareas de forma más eficiente que previamente debían llevarse a cabo de modo manual. Un ejemplo claro de esto es el uso de la compactadora, apisonadora o bailarina (como muchos le conocen), un equipo ligero de construcción que facilita el aplanar una superficie de modo rápido, con menos esfuerzo y dejando un trabajo de mayor calidad que si lo siguiéramos haciendo de la forma convencional.
Es un hecho que la tecnología hoy en día juega un rol fundamental en prácticamente la mayor parte de las actividades de cualquier sector, y la construcción no debe quedar excluida. Los equipos y la maquinaria ligera de construcción brindan la capacidad además la facilidad de llegar a lugares y espacios de difícil acceso para equipos pesados.
Tal es el caso de equipos como el rotomartillo, el cual facilita demoler o quebrar estructuras en lugares pequeños ya que es posible cargarlo sin mucha dificultad, y puede romper desde la superficie del suelo únicamente hasta la estructura de concreto, algo que puede volverse de bastante utilidad si se toma en cuenta que muchas veces requerimos el equipo de construcción únicamente para romper una parte del piso que se dañó de la habitación y no la habitación completa en sí (por hablar de un ejemplo).
Hablando un poco respecto a la utilidad de la maquinaria ligera para construcción en la estructura y el resultado final de la obra, existen ciertas creencias relacionadas a que en muchas ocasiones sobra hacer uso de dichos equipos y que bien la obra puede quedar finalizada con el mismo resultado que si se hiciera uso de ellos. Si bien es cierto que la obra se verá finalizada y en buen estado, el resultado real viene con la prueba paso del tiempo, cuando podemos empezar a notar la diferencia entre hacer uso de dichos equipos a no hacerlo.
Es un hecho que cualquier obra empieza a decaerse con el tiempo debido al clima, la humedad, el movimiento de los suelos, etc. y el hacer o no hacer uso de la maquinaria ligera de construcción puede marcar una diferencia importante en la permanencia en el mejor estado posible de la estructura. Un ejemplo claro de esto es el uso que se le da a un vibrador de concreto. Este equipo ligero realiza la tarea de vibrar el concreto fresco de modo que quede lo más compacto posible, sin huecos ni burbujas en su interior, lo que genera que sea más difícil que se agriete por el tiempo y los factores mencionados, punto a favor para la maquinaria ligera.